Los académicos coinciden en que el decreto de Turismo Activo en la Comunitat Valenciana es el marco idóneo en el que reconocer la formación específica para los profesionales de este sector turístico
Los académicos lo tienen claro, el Turismo Activo y el Ecoturismo no son deporte. Pero ante la falta de un título homologado específico que forme a los profesionales de forma polivalente para ejercer la gran variedad de actividades ya clasificadas como Turismo Activo en los decretos autonómicos, la confusión entre deporte y turismo está servida. “El problema es que la normativa no especifica qué titulaciones se necesitan, por lo que se imponen numerosos títulos deportivos y se entra a regular el turismo desde el área de Deporte como está ocurriendo en la Comunitat Valenciana”, declara Óscar Santos, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Turismo Activo (ANETA).
Hace poco se aprobó el anteproyecto de ley que ordena las profesiones del deporte en la Comunitat Valenciana, lo que supone un riesgo para las empresas de ecoturismo ya que dentro de su ámbito de aplicación incluye actividades de Turismo Activo contempladas por el Decreto del Consell 22/2012, de 27 de enero, que regula este subsector turístico. “Debe ser la Consejería de Turismo la que regule y ordene esas actividades de Turismo Activo, igual que regula alojamientos, restauración y servicios”, defiende Lázaro Mediavilla, doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad Politécnica de Madrid.
En palabras de Mediavilla, “más allá de la parte técnica, que es imprescindible, los profesionales del Turismo Activo y Ecoturismo necesitan también contenidos enfocados al cliente, tanto nacional como europeo, además de fomentar habilidades sociales, el trabajo colaborativo y en equipo, contemplando siempre el propio desarrollo de cada actividad con turistas en el entorno”. ¿Qué hay un ámbito recreativo en el que se pueden llegar a solapar? Para Mediavilla es lógico en todos los sectores, ya que “tiene que existir un porcentaje de solapamiento de contenidos y de desarrollo, y no puede ser un mundo aparte”, afirma.
El grado de polivalencia del técnico turístico es el que requieren los propios productos turísticos de las zonas de interior de la Comunitat Valenciana. Según Artur Aparici, sociólogo de la Universidad Jaume I, “este anteproyecto, tal y como está redactado, obliga a las empresas de Turismo Activo del medio rural a realizar unas contrataciones costosas de especialistas que no son las más convenientes, interesa más un tipo de técnico que tenga formación turística”, argumenta. En su opinión, se confunde mucho el Turismo Activo con el deporte “porque hay un lobby que es el de la educación física y este proyecto de ley se podría decir que está hecho por encargo por este sector tan específico”, apunta.
El investigador especializado en sociología rural arguye que desde la Generalitat Valenciana hay una visión urbano-céntrica que proyecta la dinámica de la ciudad sobre el conjunto de la Comunitat Valenciana. Esto ocurre en muchos campos y en este caso concreto afecta a las actividades que se extrapolan al ámbito turístico. “Se legisla por defecto para los espacios urbanos y esto se manifiesta también en este anteproyecto de ley, hay un reconocimiento social muy claro de las desigualdades territoriales”, asegura Aparici. El especialista en temas de despoblamiento en el ámbito rural sostiene que el Turismo Activo es un ingrediente esencial en ese proceso de reincorporación de los jóvenes a los espacios rurales y fomentar la creación de empleos verdes.
ELESA: EL PROGRAMA EUROPEO QUE TODAVÍA NO EXISTE EN ESPAÑA
Analizando todas las formaciones regladas y no regladas que tenemos en el territorio nacional, la titulación estadísticamente más adecuada para cubrir las necesidades de las empresas de Turismo Activo es la que se ha llamado hasta hace poco el TECO o el actual técnico en Guía en el Medio Natural y de Tiempo Libre. Sin embargo, “a esta titulación todavía le faltan numerosas competencias”, declara Mediavilla. En su opinión, la formación existente a nivel nacional “es demasiado básica, se necesita una cualificación mucho mayor para cubrir las necesidades que requiere un buen servicio de Turismo Activo, de calidad”.
El proyecto ELESA contempla un currículum educativo que desarrolla las capacidades tanto técnicas como específicas de un profesional que lleva a cabo un servicio en el ámbito del turismo mediante actividades al aire libre y en consonancia con el medioambiente, lo que en España conocemos como Turismo Activo. Este proyecto formativo está reconocido en el ámbito europeo y ya está implantado en varios países, por lo tanto, esta formación es válida para trabajar en cualquiera de los 27 países de la Unión Europea.
Analizando los más de 15 países europeos que ya tienen la titulación ELESA implantada. “Es importante que se tenga en cuenta este programa, especialmente porque ya en otros países como el Reino Unido tienen incluso carreras de grado, es decir, cuatro años de formación especializada en lo que denominan turismo de aventura”, explica Mediavilla. Por tanto, hablamos de un reconocimiento a nivel europeo que serviría para unificar los requisitos formativos en todos los países, y por el que todavía siguen esperando los profesionales del Turismo Activo y Ecoturismo en España.
A nivel estatal, el sector empresarial reclama de forma incansable la implantación del Técnico en Turismo Activo, pero por alguna razón “las administraciones hacen oídos sordos al sector y siguen parcheando con titulaciones deportivas, esto será un enredo entre normas que pagaremos más adelante”, reclama Tanausú Zumaquero-Nuez, gerente de ANETA. En consecuencia, los profesionales de otros países europeos estarán mejor formados para el turismo de aventuras y trabajarán en todo el territorio español con una titulación más completa, “mientras los profesionales españoles solo estarán formados en algunas disciplinas deportivas que les limitará a la hora de trabajar en el resto de Europa”, concluye Zumaquero-Nuez.
